Por Vanessa Luna

En la conferencia 2025 de la International Association for the Study of the Commons (IASC), realizada en Amherst, tuve la oportunidad de presentar mi cortometraje documental titulado “Campesinos y fuego: esfuerzos locales frente a los incendios forestales en Perú”. Este cortometraje está basado en mi investigación doctoral y narra cómo los agricultores quechuas de los Andes peruanos utilizan el fuego como una herramienta vital para la agricultura de subsistencia, y cómo están adaptando sus prácticas frente a los cambios ambientales, legales y comunales. Mira el documental aquí.

Para las comunidades quechuas, el fuego es más que una herramienta: es tradición, conocimiento y necesidad. Se usa para eliminar residuos de cultivos, controlar vegetación no deseada y preparar los campos, especialmente durante la temporada seca. Mi investigación incluyó 100 entrevistas, observación participante y talleres a lo largo de tres años de trabajo de campo. A través de esta experiencia, observé que estos agricultores tienen un conocimiento profundo del comportamiento del fuego, basado en la topografía, el tipo de combustible y las condiciones climáticas. Un saber que, en muchos aspectos, se asemeja a las técnicas occidentales de quemas prescritas.

Prácticas locales de quema en zonas de Perú.

Prácticas locales de quema en zonas de Perú.

Si bien ocurren incendios que se escapan del control inicial, la mayoría son contenidos rápidamente, normalmente en menos de una hora, por los propios agricultores, sin necesidad de intervención externa significativa. De hecho, algunas comunidades ya están ajustando sus prácticas frente al aumento de la inflamabilidad, políticas más restrictivas y riesgos de incendios exacerbados por el cambio climático. Estas adaptaciones reflejan una experiencia local profunda y apuntan a la urgente necesidad de sistemas de gobernanza del fuego que reconozcan y apoyen, en lugar de criminalizar, los saberes indígenas y locales sobre el uso del fuego.

Sin embargo, esta adaptación no puede recaer únicamente en las comunidades locales. Debe estar respaldada por relaciones de colaboración entre los agricultores y actores externos—como bomberos, ONG ambientales e investigadores—que comprendan los múltiples roles que cumple el fuego en los medios de vida rurales. Juntos, pueden fomentar enfoques de manejo del fuego que sean eficientes y sensibles al contexto, en lugar de depender exclusivamente de la supresión. Estas alianzas son claves para reimaginar la gobernanza del fuego en paisajes montañosos y co-crear soluciones basadas en el respeto a las prácticas locales y la resiliencia.

La becaria Vanessa Luna Celino (derecha) interviene en el panel de la conferencia IASC 2025, junto con la coordinadora del panel, la Dra. Catherine Tucker (izquierda).

La becaria Vanessa Luna Celino (derecha) interviene en el panel de la conferencia IASC 2025, junto con la coordinadora del panel, la Dra. Catherine Tucker (izquierda).

Este trabajo fue presentado como parte del panel “Desafíos y oportunidades para los comunes y comunidades de montaña”, organizado por la profesora Catherine Tucker, de la Universidad de Florida. El panel reunió a académicos y profesionales que exploran cómo los pueblos de montaña enfrentan el cambio climático, las amenazas legales, las industrias extractivas y la marginación sociopolítica, mientras defienden sus recursos comunes y revitalizan prácticas tradicionales. Las regiones de montaña son ecológicamente frágiles pero culturalmente resilientes, y el panel destacó respuestas transdisciplinarias centradas en la justicia que emergen desde estos territorios.

Los comunes en las montañas son recursos compartidos, como pastizales, bosques, agua o conocimiento, que a su vez son gestionados colectivamente por comunidades rurales. La importancia de los comunes como concepto es que promueve un entendimiento de las soluciones sostenibles basadas en la cooperación, la equidad y el conocimiento local. El fortalecer los comunes puede ayudar a enfrentar desafíos socioambientales complejos desde la raíz, con protagonismo comunitario y justicia territorial.

Participar en este panel fue un recordatorio poderoso de que el fuego, al igual que muchos elementos de los comunes, no puede separarse de la cultura, la identidad y la experiencia vivida. También reafirmó la importancia de amplificar las voces de quienes conviven con el fuego cada día, cuyas prácticas ofrecen valiosos aprendizajes para construir sistemas de manejo del fuego más adaptativos y equitativos.

La plataforma Mountain Sentinels ofrece un espacio valioso para compartir estas historias, y estoy muy agradecida por la oportunidad de contribuir. Espero que este trabajo motive más conversaciones sobre cómo las poblaciones rurales conviven con el fuego y aprenden de él en comunidades de montaña.