By Kerry Mendoza

*Spanish version below*

As the Inca Empire expanded, other cultures developed simultaneously in Central Peru, such as the Xausas who was known for having established a diverse range of settlements as a pastoralist society and who specialized in raising several species of South American camelids. Later, during the process of colonization in Peru, camelids were replaced by sheep. It is for this reason that we find the highland pastures in a healthy state, crystalline rivers, and mountains that both hold and surround Ipas. Ipas is a rural community covering an area of ~13 km², located within the district of Sincos in the Province of Jauja, Junín. In 1969, the national government of Juan Velazco Alvarado enacted law 17716, initiating the process of agrarian reform, officially recognizing Ipas and thousands of other rural communities as autonomous political entities.

On June 22nd, 1970, through documents emitted by the General Director of the Agrarian Reform and Rural Settlements, land was granted to a group of rural peasants who had previously worked on 11 surrounding local feudatories. The peasants formed the “Agricultural Production Cooperative ‘Huayna Cápac LTD’,” through which they carried out their traditional and professional activities in animal husbandry. Nevertheless, a lack of coordination and commitment among the partners led to the cooperative splitting up into independent smallholder farms. Finally in 2007, after a drawn-out bureaucratic process, each partner became officially recognized as an independent landowner by the National Superintendent of Public Registries of Peru.

Today, Ipas is populated by the children and grandchildren of the 11 founding families; maintaining the customs and teachings of traditional agriculture from our grandparents and ancestors, and expanding the activities on our farms beyond just raising sheep. Cattle has become a very important part of our economic activity, and we now raise horses which we use both for transportation and in sport in a local horse race known as the “Morochucos”. For the Junín Region, Ipas is known for its dairy products, meats, and is highly respected for its Morochucos. Many of our traditions revolve around cattle raising, such as the annual parties of, “Uwish Cuchuy,” which consists of branding sheep and is accompanied by funny games, and “El Santiago,” which revolves around the branding of cattle. Ipas is also known for its archaeological sites and portions of the “Qhapaq Ñan,” also known as the “Great Inca Trail,” which unites Jauja with Pachacamac in the Lima Region.

Nestled in the majestic Pariacaca Mountains, one of the most important ranges of the central Peruvian Andes, Ipas has an abundance of natural resources and forms part of the North Yauyos-Cochas Natural Reserve. However, being a small village located in the Central Andes, we have many vulnerabilities that we must face each day, such as a lack of electrical – services, health posts and local schools, and a shortage of labor. These are some of the reasons that our young people are migrating to the urban areas, specifically in search of education.

In this past year under the context of COVID-19, the routes of access to the larger cities and the bigger markets have been restricted to us in Ipas, which has had a significant impact on our ability to sell our products, such as cheese, yogurt, meat, and wool. Furthermore, we must take mules in order to reach Jauja, the provincial capital, which is a day’s trip away. Our communication via the internet and telephone is also restricted in the rural area due to the remoteness of Ipas, and with schools currently closed the children of the community are not taking classes. The Peruvian government has offered several alternatives for remote education, but our lack of electrical infrastructure is a limiting factor.

Through the Mountain Sentinels Fellowship, we were able to enhance our electrical systems by acquiring and installing solar panels and a wifi router from one of the national telephone companies. Thanks to this, we now have a more consistent power source that serves to charge lamps, cellphones, and laptops, providing us with a better means of communication with the outside world. We are now able to be in contact with the different markets where we sell our goods and with family members that live in other provinces, with whom we’ve had limited contact over this last year due to lockdown restrictions. And, above all, the children of Ipas have a new means of attending remote classes and interacting with their teachers as the pandemic restrictions continue.

The inhabitants of Ipas and of neighboring communities continue to worry about climate change impacts. Over the last year, they have reported sizable losses in crops, such as potatoes and maize, due to the intense drought and unusually harsh frost that plagued Peru in February of 2021. We remain hopeful that we will see the pandemic through and that we will all overcome COVID-19. We are committed to taking care of our natural environment and to better utilizing renewable energy through our newly acquired solar panels.

Many thanks to the following:

– The Mountain Sentinels Team

-Dr. Catherine Tucker (Mountain Sentinels Fellowship Mentor)

– Ipas Community Member: Lic. Marilu Maribel Curasi Mendoza

 

Junto con el Imperio Inca en el Centro de Perú se desarrollaron otras culturas como los Xausas, que destacaban por haber desarrollado diversos asentamientos de acuerdo a sus habilidades, entre ellas las sociedades pastoriles con la crianza de camélidos sudamericanos. Tiempo después, en la colonización, estos animales fueron desplazados por los ovinos, razón por la cual encontramos pastizales en buen estado y ríos cristalinos que bajan de las montañas que albergan y rodean a Ipas. Ipas es una comunidad rural que en 1969, durante el gobierno de Juan Velazco Alvarado, se promulgó el decreto ley 17716 dando inicio al proceso de reforma agraria. Con una superficie de 1260 has 5,000 m2, Ipas está ubicado en el distrito de Sincos, provincia de Jauja, Junín.

Las circunstancias determinaron que el 22 de junio de 1970, con documentación emitido por el Director General de Reforma Agraria y Asentamiento Rural, se adjudicaron a un grupo de campesinos integrados por 11 feudatarios, quienes en sus inicios formaron “La Cooperativa Agraria de Producción Huayna Cápac” Ltda. N° 17 (6-VI),” sacando adelante la crianza de ovinos donde aplicaban sus conocimientos, creencias y costumbres. Sin embrago, la falta de compromiso y coordinación hizo que los socios se independizaran para así formar minifundios. Ya para en el 2007 y después de largos trámites cada socio es reconocido como propietario por la Superintendencia Nacional –                                                                de Registros Públicos del Perú.

Actualmente Ipas ya es poblada por los hijos y nietos de las 11 familias fundadoras, manteniendo las costumbres y enseñanzas del manejo agropecuario de nuestros abuelos y antecesores, llevando adelante nuestro fundo donde ya no solo crían ovejas. Los vacunos se han convertido en una actividad económica muy importante, así como la cría de caballos que usamos como medio de transporte y deporte en las carreras de caballos o más conocido como “Morochucos”.

Para la región Junín, Ipas es conocido por sus productos lácteos, carnes, respetados por sus Morochucos, y otros costumbres con la cría de ganado, como los carnavales tradicionales: “Uwish Cuchuy,” que consiste en la marcación del ganado ovino acompañado de juegos jocosos, y “El Santiago,” costumbre donde se realiza la marcación del ganado vacuno. Tambien, Ipas es un sitio muy visitado por los restos arqueológicos y tramos del Gran Camino Inca, o “Qhapaq Ñan,” que une a Jauja con Pachacamac en la región Lima.

En Ipas, contamos con muchos recursos naturales ya que estamos rodeados del majestuoso Pariacaca, una de las cordilleras mas importantes de la cadena montañosa del centro del Perú. Además, Ipas forma parte de la reserva paisajista Nor Yauyos-Cochas. Al ser una población pequeña ubicada en los Andes Centrales, tenemos muchas debilidades que afrontamos cada día en Ipas, como la carencia del servicio electico, ausencia de un puesto de salud, escuela locla y la mano de obra escasa. Esto hace que los jóvenes migren a las ciudades en busca de educación principalmente.

En este último año bajo la coyuntura actual de la pandemia COVID-19, las vías de acceso a las principales ciudades y a los mercados han sido restringidas, viéndonos afectados en la venta de nuestros productos como leche, queso, yogurt, carne y lana, la media de vida mas importante para la gente de Ipas. Además, la comunicación con la provincia es escasa y empleamos acémilas para movilizarnos, la cual toma un día de camino a Jauja, la capital de la provincia. En este momento las escuelas están cerradas y muchos de nuestros niños no están tomado clases. Si bien el gobierno ha brindado diversas alternativas con la educación a distancia, pero la falta de energía eléctrica en nuestra comunidad es una limitante.

A través de Mountain Sentinels Fellowship hicimos la instalación eléctrica, adquisición de paneles solares y un rauter de una conocida red de telefonía en el país. Gracias a ello contamos con fluido eléctrico que sirve para cargar lámparas, celulares, laptops y así poder hacer uso de estos medios de comunicación. Nos mantenemos en contacto con los mercados, con nuestras familias que se encuentran en otras provincias a quienes hemos dejado de visitar en este último año, y sobre todo los niños pueden recibir las clases he interactuar con sus profesores en este proceso de confinamiento que seguimos viviendo.

Los pobladores de Ipas y comunidades vecinas se encuentran aún más preocupados por el cambio climático, que en este último año reportaron pérdidas grandes de cultivos, como la papa y el maíz, por la sequía que se reportó en todo el Perú y Sudamérica en el mes de febrero, trayendo consigo fuertes e inusuales heladas. Con la esperanza de seguir adelante y vencer el COVID-19 tenemos el compromiso de cuidar a nuestro medio ambiente y mejor utilizar energía renovable a través de los paneles solares.

Agradecidos con:

-Mountain Sentinel Team

Dr. Catherine Tucker (asesora de Mountain Sentinel Fellowship)

Miembro de la comunidad:

Lic. Marilu Maribel Curasi Mendoza